EN UN MINUTO
Con Porfirio
Gutiérrez
Conocí fugazmente a Roberto Rosales desde aquella entrevista que le hice a Los Cinco
Amigos después de su exitosa participación
en el Festival OTI de 1977 que ganó José María Napoleón con su canción Hombre.
Eran los tiempos de la universidad. Oralia su hermana ha sido mi amiga desde la Prevo Dos y luego nos reunimos
nuevamente en la Facultad de Derecho. Yo me había enamorado sin futuro de su
hermana Vicky en un torneo estatal de voleibol que fuimos juntos a ciudad
Victoria algunos años atrás. En la escuela de derecho hice
amistad con Gaby y Adriana Luna otras dos integrantes del grupo y con Rosalba,
el quinto elemento y la más despampanante de las hermanas Rosales, aquellas que causaron furor en la playa
Miramar en la Semana Santa de 1976
cuando portaban los primeros bikinis brasileiros hilo dental. Roberto era el
alma del grupo Los Cinco Amigos y quien más intenciones tenía de llegar a la
artisteada profesional. Aunque el grupo desapareció después del festival, Roberto probó fortuna en el D.F. y llegó a incursionar en el cine con un buen
trihller policíaco titulado 20 Segundos Para Morir. Hoy me entero de su
fallecimiento y aprovecho estas líneas para destacar su espíritu aventurero y su
gran calidad humana. Para Oralia, Rosalba y Vicky un fuerte abrazo
fraternal asegurando que Roberto está
sentado ya a la diestra de Papá Dios.
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