domingo, 21 de junio de 2015

  EN UN MINUTO

Con Porfirio Gutiérrez


FELIZ DÍA DEL PADRE

Desde aquel  año en que mi padre fue requerido a sentarse a la diestra del Señor, he  manifestado en esta columna mi acendrado respeto, cariño, reconocimiento y valía al Dr. Porfirio Gutiérrez Avila como  padre, ser humano, profesionista, jefe de familia, amigo y forjador de personas que hoy son pilar fundamental en la  sociedad.  Bastantes estudiantes que hoy son doctores  lo recordarán recorriendo a diario todas las camas del Hospital Civil de ciudad Madero con una cauda de pasantes médicos, enfermeras  y administrativos, auscultando a los pacientes y al propio establecimiento, impartiendo órdenes para  ayudar al bien sanar de los primeros y rehabilitar las posibles deficiencias del segundo. Hoy como todos los años, refrendo mi cariño irrestricto  a mi papá; siempre he pretendido parecerme un poco a él, pero ha sido difícil: papá era organizado, muy trabajador, se levantaba tempranito y se acostaba muy tarde. A mí realmente no me acomoda mucho la chamba, siempre he dicho que es tan fea que hasta pagan por hacerla. Yo digo que tengo genes de millonario, solamente me falta el dinero. En fin,  seguiré tratando llegarle a los talones. Un abrazote a mi papá allá en el cielo. 
En esta ocasión quiero mandar el mensaje a un  padre relativamente nuevo. Cuando mi hija tomó la decisión de formar familia hace  casi cinco años,  le rogué al Creador que iluminara el camino que  tomó con Johnny. Sobre todo, que el muchacho resultara trabajador,  buen hombre,  buen padre, exitoso, cariñoso, dedicado,  fiel, deportista y otras linduras (casi no pedía nada, lo normal de un padre en estos casos). Hoy puedo certificar que el muchacho está cumpliendo con creces su cometido. Es  muy chambeador, lo cual no me sorprende dada la sangre árabe que corre por sus venas, pero sobre todo, es un padre ejemplar. Se desvive para dar  los satisfactores que necesita el retoño.  Lo lleva a la escuela, le enseña los video juegos pero también lo acompaña a sus clases de artes marciales,   invariablemente está al pendiente de su alimentación, su ropa, su salud; recuerdo que  hace unos meses,  a las 8:30 de la mañana se iba a abrir las dos tiendas de artículos  eléctricos que administraba para su primo ; a las 12:00 horas corría al restaurante de su familia y recibía los insumos del día; a las dos y media comía algo y regresaba a vigilar las tiendas hasta las ocho de la noche en que hacía el corte de ambos negocios y salía echo bala a su casa para estar un rato con  el retoño, cenar y descansar para el siguiente día; . Claro que esto significa solamente un amor incondicional de Johnny a su familia y a su hijo. Es a sus escasos 26 años un hombre en toda la extensión de la palabra. Hoy solicito nuevamente la venia del Señor para pedirle que lo mantenga así: confiable, buen padre, buen marido, cumplidor. Felicidades Juan. Y también a Manny porque junto a Sandy te ha inculcado valores fundamentales y su ejemplo se refleja en tu caminar por la vida. Hago extensivo mi abrazo fraternal a  todos los padres del universo con una premisa: disfruten su día pero recuerden que nuestro trabajo de papás es todo el año y toda la vida. 





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