EN UN MINUTO
Con Porfirio Gutiérrez
DIPLOMADO EN JUICIOS ORALES
La respuesta del conglomerado
profesionista del derecho fue verdaderamente plausible. La sala audiovisual
Siglo XXI de la Facultad de Arquitectura de la UAT se llenó hasta los pasillos. Calculo más
de doscientos abogados en el inicio del Diplomado
en Materia de Juicios Penales Orales auspiciado por el Congreso del Estado a través del
Instituto de Investigaciones Parlamentarias y traído a la zona sur por la
conjunción de esfuerzos de las Barras de Abogados de Tampico, Cd. Madero y Altamira. Empezamos cuarenta minutos tarde
por la aglomeración en el registro y porque no estábamos sujetos a término. El auditorio
es bueno pero siendo un evento audiovisual hubiéramos preferido una gran
pantalla al centro. Al parecer en la próxima entrega si tendremos mejor visualización.
La primera fase fue de recuento
histórico. Recordamos que el sistema
acusatorio nació en la Roma republicana
sobre todo en los tiempos de Marco Tulio Cicerón. En donde quien ejercía la
acción penal era un ciudadano sobre quien habíase violentado su estatus
personal y a él se le adjudicaba la carga de la prueba. El estado era meramente
un observador imparcial. Ya para la edad
media el sistema acusatorio fue público y se convirtió en inquisitorio; y durante
la Inquisición fue arbitrario desarrollándose hasta el siglo XV con el origen
de los tribunales eclesiásticos en
Francia, España y Portugal y más tarde en la Nueva España durante la conquista
con aquella famosa Ley de las Siete Partidas (o simplemente Partidas) que era
un cuerpo normativo redactado en la Corona de Castilla, durante el reinado de
Alfonso X (1252-1284), con el objetivo de conseguir una cierta uniformidad
jurídica del Reino.
Destacó el conferencista que en nuestro país rige un sistema procesal mixto
-predominantemente inquisitivo- que, dada su evidente obsolescencia, se ha
tornado ineficaz, ya que no satisface ni garantiza los derechos de las víctimas
ni de los inculpados; el ministerio público es omnipotente; no se siguen los
principios del debido proceso y los procedimientos son extremadamente largos y
poco transparentes.
El sustento básico del nuevo
juicio oral será la presunción de y los principios del debido proceso; Impulsar
mecanismos alternativos de solución de controversias, con rápida reparación del
daño a las víctimas u ofendidos. La oralidad es una característica
indispensable para que se cumplan los principios que rigen a este sistema, a
efecto de que se hagan realidad las garantías que operan a favor de las partes
en el proceso. Facilitará la fluidez en los juicios y propiciará la
transparencia, contribuyendo a erradicar la opacidad y combatir la corrupción.
Abona también a la concentración y continuidad del juicio, simplificándose las
etapas.
Como siempre es justo destacar la
organización preliminar a cargo de la Lic. Coral Vázquez como enlace con la
oficina que auspicia este diplomado. De la Lic. Consuelito Romero que
implementó con un eficaz grupo de colaboradores el registro previo al evento. Descansamos una semana y el próximo sábado
doce de septiembre volveremos a las aulas a recibir instrucción.
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