Con Porfirio Gutiérrez
Hoy en
nuestro País es el día de la Madre y seguramente más de uno anda ya hasta las
chanclas festejando a su santa madrecita, rasgándose las vestiduras para
decirle a todos en el Facebook que la quieren más que a su camiseta del América
cuando la pobre jefa ni siquiera tiene página en el face; arrastrando el
mariachi a las cinco de la mañana para llevarle serenata a su cabecita blanca
acompañado de sus cuatro cuates borrachotes que no tienen lo que él está
homenajeando. Luego, por la tarde, a caerle en la casa para la comilona; la
viejecita se pasó 4 horas limpiando la casa, tres haciendo la comida (mole de
pollo en metate porque al “niño” le encanta ) poniendo la mesa,
lavando los trastes y después, a recoger los platos sucios, lavarlos, tirar la
basura, levantar la casa, en fin: un glorioso y alegre 10 de mayo; eso sí, el
susodicho se acuerda de la viejecita hasta el próximo año. Lo que si es cierto es que para nuestras
mamás seguimos siendo niños, pasen y pasen los años; recuerdo una anécdota que
nos contaba mi padre: decía que en sus años mozos, cuando iba de novio a casa
de mamá allá en Cerro Azul, Ver., en una
ocasión mi abuela María le dijo: “doctor (mi papá era médico) por favor vea a
mi niño que le duele la pancita”. Mi padre fue a auscultar a mi tío Oscar (un
peladazo de 1.90 y 90 kilos de peso) y le dice a mi abuela: “No doña Mary, su “niño” no está malito, está bien crudo! Dele
unos chilaquiles bien picosos!” .- El chamaco se había ido de farra y llegó
como placa de tráiler.- Así se las gastan las mamás y así seguirá siendo
hasta el fin del universo; por cierto mi mami me dijo que me iba a traer las
miguitas que tanto me gustan.. Recuerden: hay que
hablarles a cada rato como novio primerizo,
hay que visitarlas tantas veces puedan en la semana aunque la vieja te
regañe : “¡Otra vez con mi suegra, tienes mamitis o qué!”. Hay que protegerlas
como se pueda, no se pierdan en la mercadotecnia: a las mamás hay que quererlas
todo el año, todos los días y toda la vida. Ellas no saben de tiempos, de
dinero, de trabajo, de nada; ellas solamente nos quieren porque ese es su fin y
objetivo de vida: No importa que solo
lleven un dulce o una flor, la
madre agradecerá el gesto como si fuera el regalo más costoso de un príncipe. Aunque lo compren en “Chedrauis” y lo
envuelvan en Liverpool, ellas lo lucirán
con orgullo. Sobre todo, ámenlas, quiéranlas, solamente
tenemos una mamá por vida, así que no desperdicien su tiempo. A todas
las mamis del universo, mis bendiciones y cariño, especialmente claro, a la mamá
que más quiero que es la mía. aunque muchos duden que la tengo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario