domingo, 10 de mayo de 2015

EN UNMINUTO

Con Porfirio Gutiérrez

FELICIDADES A TODAS LAS MAMIS DEL UNIVERSO


  
                Hoy en nuestro País es el día de la Madre y seguramente más de uno anda ya hasta las chanclas festejando a su santa madrecita, rasgándose las vestiduras para decirle a todos en el Facebook que la quieren más que a su camiseta del América cuando la pobre jefa ni siquiera tiene página en el face; arrastrando el mariachi a las cinco de la mañana para llevarle serenata a su cabecita blanca acompañado de sus cuatro cuates borrachotes que no tienen lo que él está homenajeando. Luego, por la tarde, a caerle en la casa para la comilona; la viejecita se pasó 4 horas limpiando la casa, tres haciendo la comida (mole de pollo en metate porque al “niño” le encanta ) poniendo la mesa, lavando los trastes y después, a recoger los platos sucios, lavarlos, tirar la basura, levantar la casa, en fin: un glorioso y alegre 10 de mayo; eso sí, el susodicho se acuerda de la viejecita hasta el próximo año.  Lo que si es cierto es que para nuestras mamás seguimos siendo niños, pasen y pasen los años; recuerdo una anécdota que nos contaba mi padre: decía que en sus años mozos, cuando iba de novio a casa de mamá allá en Cerro Azul, Ver.,  en una ocasión mi abuela María le dijo: “doctor (mi papá era médico) por favor vea a mi niño que le duele la pancita”. Mi padre fue a auscultar a mi tío Oscar (un peladazo de 1.90 y 90 kilos de peso) y le dice a mi abuela: “No doña Mary,   su “niño” no está malito, está bien crudo! Dele unos chilaquiles bien picosos!” .- El chamaco se había ido de farra y llegó como placa de tráiler.- Así se las gastan las mamás y así seguirá siendo hasta el fin del universo; por cierto mi mami me dijo que me iba a traer las miguitas que tanto me gustan.. Recuerden: hay que hablarles a cada rato como novio primerizo,  hay que visitarlas tantas veces puedan en la semana aunque la vieja te regañe : “¡Otra vez con mi suegra, tienes mamitis o qué!”. Hay que protegerlas como se pueda, no se pierdan en la mercadotecnia: a las mamás hay que quererlas todo el año, todos los días y toda la vida. Ellas no saben de tiempos, de dinero, de trabajo, de nada; ellas solamente nos quieren porque ese es su fin y objetivo de vida: No importa que solo  lleven un dulce o una flor,  la madre agradecerá el gesto como si fuera el regalo más costoso de un príncipe.  Aunque lo compren en “Chedrauis” y lo envuelvan en Liverpool, ellas lo  lucirán con orgullo.  Sobre todo, ámenlas, quiéranlas,  solamente  tenemos una mamá por vida, así que no desperdicien su tiempo. A todas las mamis del universo, mis bendiciones y cariño, especialmente claro, a la mamá que más quiero que es la mía. aunque muchos duden que la tengo.
              





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