Con Porfirio Gutiérrez
Margaretha Geertruida Zelle nacida en Leeuwarden, Países Bajos y más
conocida como Mata Hari, fue una famosa bailarina y actriz, condenada a muerte
por espionaje y ejecutada durante la I Guerra Mundial. Pocos espías han
despertado tanta fascinación como Mata Hari (1876-1917), la legendaria
bailarina holandesa que escapó de una vida provinciana para convertirse en la
mujer más fatal de su tiempo. La palabra matahari significa, en idioma malayo,
sol y literalmente "ojo del día". Se casó a los 18 años, con un
militar que no conocía, mucho mayor que ella y que había puesto un anuncio en
un periódico. Desde niña, los uniformes militares habían suscitado en ella una
especial atracción. En 1917, un año antes del final de la "Gran
Guerra", fue sometida a juicio en Francia acusada de espionaje, de ser una
agente doble para Alemania y de haber sido la causa de la muerte de miles de
soldados. Fue declarada culpable sin pruebas concluyentes y basadas en
hipótesis no probadas que hoy en día no se sostendrían en un juicio moderno. De
hecho, una asociación de su ciudad natal solicitó al Ministerio de Justicia
francés una revisión póstuma del caso, pero esta petición no fue atendida. Entre
1904 y la I Guerra Mundial fue la cortesana más famosa de la época, conoció
todas las ciudades de Europa y no pocos secretos de política gracias a las
confidencias de alcoba. El día de su
captura, pidió que se le diera tiempo para ducharse y cambiarse, pero al cabo
de unos minutos, regresó completamente desnuda y repartiendo bombones a sus
captores, en una acción fallida por disuadirlos. Tenía 41 años. Su cuerpo nunca
fue reclamado por ningún familiar.danzas eróticas. Pronto creció su fama y
frecuentó a hombres ricos, políticos y militares que engrosaron su lista de
amantes. El estallido de la guerra en julio de 1914 la sorprendió bailando en
un music-hall de Berlín. Supuestamente aprovechó su agenda de conocidos en
ambos bandos para ofrecer sus servicios a Kraemer, jefe del espionaje alemán,
con la esperanza de poder volver a la neutral Holanda con sus pertenencias a
salvo. Pronto sus actividades en Madrid, donde en 1915 se veía con un oficial
germano, despertaron las sospechas de la inteligencia aliada, que empezó a
vigilarla. En 1916, Mata Hari volvió a París. Acorralada por el capitán Ladoux,
del espionaje francés, que andaba tras sus pasos, se ofreció para trabajar como
agente doble para Francia. La realidad es que nuevamente en Madrid siguió
espiando para la embajada alemana como la agente H-21, pero sus mensajes fueron
interceptados por Ladoux, que la tendió una trampa para que regresara a
Francia. El 13 de febrero de 1917 fue arrestada y sometida a juicio, donde se
la condenó a muerte acusada de aprovechar sus relaciones íntimas para trabajar
como agente de Alemania. Ella lo negó, alegando que se acostaba con militares
por placer, y no por deber. El 15 de octubre de 1917 fue fusilada en Vincennes
al amanecer. Genio y figura, se negó a que le vendaran los ojos y antes de
recibir la descarga lanzó un beso a los soldados del pelotón. Tenía 41 años. Su
cuerpo nunca fue reclamado por ningún familiar.
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