domingo, 22 de febrero de 2015

EN UN MINUTO
Con Porfirio Gutiérrez

MADERO Y LA NO REELECCIÓN

Hoy conmemoramos 102 años del fallecimiento de don Francisco I. Madero.  Contra lo que nos dijeron los libros de historia  la “I”  se refería a Ignacio y no a Indalecio, así que a volver a aprendernos el nombre.

Conciudadanos:- No vaciléis pues un momento: tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombre libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria”. —SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN—(PLAN DE SAN LUIS)
            Don Francisco  I. Madero, fue uno de los héroes que encabezaron la Revolución Mexicana en 1910, la cual buscaba cambiar la realidad social y económica del país además de destituir al entonces presidente Porfirio Díaz.  Francisco I. Madero nació en la hacienda de El Rosario, Parras de la Fuente, Coahuila, el 30 de octubre de 1873. Hijo de Francisco Madero Hernández y de Mercedes González Treviño. Estudió en el colegio jesuita de San Juan Nepomuceno Saltillo, en 1886 hizo estudios de agricultura en Maryland, Estados Unidos; en 1904 funda el partido democrático independiente que se oponía a la reelección del Gobernador de Coahuila Miguel Cárdenas, en 1905 tuvo contacto con la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, a la cual apoyó económicamente para la reanudación de la edición del periódico Regeneración. Sin embargo retiró su apoyo al PLM debido a las diferencias ideológicas con Ricardo Flores Magón; En 1908 publicó su polémico libro La sucesión presidencial en 1910, en el que expuso las principales cuestiones políticas que inquietaban al país. Tuvo mucho éxito.
        En 1909 fundó el Partido Nacional Antirreeleccionista, opuesto a un Porfirio Díaz que, ocupó la presidencia de la nación desde 1877.  Elegido candidato a la presidencia por dicho partido, y tras alcanzar un alto nivel de popularidad en las elecciones de 1910, Madero fue encarcelado por orden del gobierno en San Luis Potosí, bajo los cargos de conato de rebelión y ultraje a las autoridades. Logró escapar hacia Estados Unidos y desde San Antonio, Texas promulgó el Plan de San Luis, una llamada a las armas que por fin causaría la renuncia del Presidente Díaz en 1911, seguida de una guerra civil de diez años en la que morirían más de un millón de mexicanos.
Madero promovió medidas para redistribuir la tierra, pero a los campesinos les parecieron demasiado tibias; los sectores más radicales exigían expropiaciones. En otros ámbitos de la producción, como el textil y la minería, se inició una campaña de huelgas para reclamar mejoras laborales. Entretanto, el gobierno de Madero puso en marcha acciones para mejorar la atención sanitaria y educativa de la población, y aprobó la reducción de la jornada laboral, que pasó de doce a diez horas. Intentó también racionalizar la recaudación de impuestos y evitar el encarecimiento de los artículos de primera necesidad. No fue capaz de llevar a cabo ninguna de las reformas políticas y sociales que había prometido debido a la oposición de algunos de sus partidarios y a sus propias limitaciones administrativas. Sobrevivió a varias insurrecciones, pero en 1912 estallaron rebeliones en el norte y en el sur de México protagonizadas por Pascual Orozco y Emiliano Zapata; en febrero de 1913, el comandante en jefe del Ejército el general Victoriano Huerta, ordenó su prisión y le obligó a renunciar. Pocos días después, el 22 de febrero de 1913, Madero fue asesinado junto al vicepresidente José María Pino Suárez en Ciudad de México, cuando era trasladado a la penitenciaría de Lecumberri.

 MADERO SE DEBE ESTAR RETORCIENDO en su tumba. Y es que la reforma electoral aprobada por los diputados actuales, le dio al traste a un emblemático slogan de cien años  de nuestra revolución mexicana: la NO REELECCION. Y fíjese como son las cosas: cuando la Bandera la han “ultrajado” artistillas  como Miley Cirrus, o nuestra Soberanía Nacional la quieren arrinconar,   nuestros políticos se desgarran las vestiduras,  quieren quemar en leña verde al infractor, se  avientan del castillo envueltos en el lábaro patrio. Pero cuando les dieron la línea de mandar al carajo  el axioma de lucha de miles y miles de caídos en la revolución, el paradigma por el cual se  derramó sangre y sudor en los suelos mexicanos, la no reelección, nadie dijo nada. Todos levantaron la mano y ahora estamos ya en el primer proceso electoral donde los  políticos, excepto el  presidente nacional, podrán reelegirse. Claro! Esto les dará la oportunidad de “seguir sirviendo”. Pobrecito Panchito, con todo lo que sufrió  por el maloso ese del Victoriano y ahora le aventamos en cara su  mas cara  frase anti  dictadura: NO REELECCIÓN

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