EN UN MINUTO
Con Porfirio Gutiérrez
Este
mes de febrero es el agosto de los comerciantes, con la celebración del día del
amor y la amistad. Excelente fecha quienes
venden todo tipo de chucherías, y que se aprovechan de nuestro equivocado
concepto de la gratitud y el querer, para vendernos perfumes, ropas, globos,
bolsas, chicles, chocolates y otros artículos con referencia al corazón.
A mí la vida se me ha
facilitado desde que mi señora le agarró gusto al golf ya que con lentes,
gorras, camisetas o guantes puedo salir del embrollo que significa regalarle
algo a la mujer sin temor a que te pida el ticket para ir a cambiarlo y
entonces se dé cuenta que lo compraste en “Chedrauis” y lo envolviste enfrente,
en Liverpool.
Muchas veces nos preguntamos
cómo nació el día del amor; entonces andamos todo el día, “¿Cómo nació el
día del amor? ¿Cómo nació el día del amor?” ¿Cómo nació el día del
amor?” Ok. Yo les contesto: hay un
mito que dice que allá por el año 270 el emperador romano Claudio III era
más amargado que un limón aplastado de antier
y no creía en el amor, porque pensaba que los soldados enamorados no
mataban bien a los enemigos y que eran gansos; entonces prohibió los
casamientos (a este cuate lo hubieran linchado hoy día en el D. F.)
Pues resulta que
un mártir cristiano llamado Valentino se dedicó entonces a casar parejas
en secreto; Claudio se enteró y como los
del zoológico danés, lo echó a los leones un día 14 de febrero;
posteriormente y en honor a este mártir, la celebración del Día de San
Valentín se hace oficial en el año de 1969 ( que atinada la fecha,
verdad?) recordando a este santo cada 14
de febrero.
Otra es la historia de
una pareja de jóvenes enamorados separados por sus familias (como Romeo y
Julieta) que con mensajes se expresaban su amor, claro que en esa
época no había Twetter ni Facebook, así la muchacha encendía todas
las noches una vela frente a su ventana y él como respuesta le dejaba una
piedra. Lo malo es que a la muchacha un día le dieron cólicos y no prendió la
candela; el chavo se murió de frío afuera esperando a su amada; a partir de
eso, el 14 de febrero se celebra el día de los enamorados. Ay, qué bonito! Zonzo!, digo yo, un litro de tequila (cobija de vidrio) le hubiera evitado esa
ignominiosa y estúpida muerte.
De igual manera a
Cupido lo metieron en la jugada: al angelito encueradito de alas rosadas,
también se le alborotaba la hormona y se enamoró (machetazo a caballo de
espadas) de una princesa llamada Psiqué, pero la muchacha era mortal y ya saben
ustedes que Zeus era medio racista. Sin embargo, el nalguitas de durazno logró
que le dieran la green card a la princesa y la trasformaron en inmortal para llevársela
al Olimpo.
Como ya se dieron cuenta,
los antecedentes del Día del Amor, son precisamente actos de amor; el 14 de
febrero será un día especial para
demostrar a nuestros seres queridos, amigos, hermanos, novias, novios, esposas,
hijos, compadres, abuelos, tíos, primos, amantes, arrejuntados,
mayuyis y demás, que la verdadera fuerza que mueve a la humanidad es el
amor y la fraternidad; y no se equivoquen; hacer regalos costosos no los
hará ser más queridos ni demostrará que ustedes quieren más; el cariño
sincero tendrá mayor validez que cualquier etiqueta de alto precio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario